lunes, 30 de enero de 2012

Becky y Minnie van de compras

Después de leer los 7 libros anteriores de la saga “Loca por las compras” pensaba que Becky había llegado al límite de caprichos, invenciones retorcidas y cuentos chinos para justificarse, pero con una hija que ha heredado sus genes esto ya es el súmmum. Aparte de intentar buscar la “fórmula financiera” idónea para “colársela” a Lucke, su marido, tiene que lidiar con Minnie, su hija de 2 años que monta unos berenjenales increíbles que me llevan a pensar que o Sophie Kinsella tiene mucha pero mucha imaginación, o ha estado en contacto con auténticas fierecillas humanas.
Desde que vi el libro en inglés estaba esperando en candeletas que lo tradujeran, cada vez que iba a una librería miraba y miraba… pero nada, hasta que estas navidades, sin buscarlo se me apareció ante mí en una de las estanterías de una librería, qué sorpresa!
Para l@s que no hayáis leído nada de esta saga no os preocupéis, podéis seguir la historia sin problemas, siempre hay alguna aclaración o referencia sobre los personajes que van saliendo para ponernos al día.
Por cierto, me encanta la portada, es como la versión inglesa y con esos detalles de Navidad ha quedado que ni pintado para la época en la que ha salido en castellano.
Hay una cosilla que no me gusta y que se va repitiendo en todos sus libros de Becky, son las cartas que va recibiendo (del banco, de la guardería, del ministerio de nosequé…), y no me gustan porque, la mayoría de cartas, son un poco absurdas y exageradas, no cambia ni modifica nada de la historia. Sophie Kinsella, si me lees (jajajajaja) por qué no eliminas esas cartas ridículas?
Pues nada, os dejo con la sinopsis:
Becky Brandon —la compradora compulsiva más famosa del mundo— creía que la maternidad sería pan comido, y que tener una hija —una compañera con quien ir de compras para toda la vida— era un sueño hecho realidad. Pero la realidad resulta ser caprichosa... A la tierna edad de dos años, Minnie tiene un enfoque muy diferente del placer de ir de tiendas. Para empezar, demuestra una notable habilidad para sembrar el caos en cualquier sitio, especialmente en los grandes almacenes más selectos. Su palabra favorita es «mío» y si se queda sola frente al ordenador puede llegar a comprar dieciséis abrigos de la misma talla aporreando el teclado furtivamente. Entonces, en el entorno familiar cunde la alarma: Minnie está a punto de convertirse en una loca-por-las-compras en versión reducida. Y por si esto no fuera suficiente, la crisis financiera mundial hace que la gente se vea obligada a recortar gastos, algo que, ay, afecta muy especialmente a los clientes de Becky. Además, Becky y su marido siguen viviendo en casa de los padres de ella, circunstancia que Becky está dispuesta a cambiar al precio que sea. No obstante, y ante tantos nubarrones en el horizonte que impiden que sus sueños acaben de cumplirse de una vez, Becky decide animar a todo el mundo organizando una gran fiesta sorpresa de cumpleaños para Luke. Y es entonces cuando las cosas se complican realmente.

2 comentarios:

  1. Hola guapa, me encantan tus opiniones de los libros chick lit, soy una devoradora de ellos y es más escribo también chick lit. Espero verte con nuevos posts. Besos desde Uruguay

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  2. Hola a los dos, disculpas por "aparecer" tan tarde, pero no recibía las notificaciones. Muchísimas gracias por pasaros por aquí, María qué interesante, si tienes algo publicado será bien recibido :-) Un abrazo a los dos!

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